ESCUELA DE PEQUEÑOS CUENTACUENTOS

"Aprender a contar cuentos es una buena excusa para que los niños y niñas desarrollen su capacidad de asumir la palabra dentro de un grupo, es el cuento (aparentemente) el protagonista y ellos sus representantes ante sus pares y adultos. Pero esa palabra debe ir acompañada del cuerpo que se manifiesta en movimientos, en sus manos expresivas y en sus rostros, todo en virtud de la historia que se está contando, por eso jugaremos distintas dinámicas que nos harán perder el pudor de estar frente a público, aprenderemos a que todo nuestro cuerpo expresa.

Por ejemplo, en uno de los juegos nos convertiremos en una “tribu caza-miradas” y saldremos a captar la atención de los otros, a buscar ojos que nos miren y sostener y devolver esa mirada, para vencer la timidez, para empatizar con el par, para aprender –jugando- la importancia del contacto visual en la comunicación.

Toda esta experiencia es de exploración propia pero dirigida por el facilitador, el aprender es vivencial. ¿Es lo mismo decir una misma frase en secreto, susurrando o gritándola? No, por supuesto, y eso lo ejercitaremos también para reconocer nuestras herramientas orales para su uso en el cuento que elijamos.

¿Y el cuento? Ahhh, esa elección habla más por cada niño o niña eligiendo qué contar, que el cuento mismo. El potencial de un relato lo sabrán ellos, se comprometerán con la historia y sus personajes, se "meterán" dentro del cuento para contarlo como testigos privilegiados, y esa capacidad de secuenciar la historia, desarrollarla en sus imaginaciones para provocarnos un deleite conjunto, es un potencial creativo está lejos de ser el fin del taller, es el inicio del desarrollo de un arte que los llevará a desarrollar habilidades comunicacionales, intelectuales y sensibles de excepción.

Eso es el arte de contar cuentos. Quedan invitados e invitadas."